El interés de los padres en las cuestiones relacionadas con el colegio es fundamental para que el niño rinda de forma adecuada en el entorno escolar, puesto que de esta forma les demostramos que para nosotros es importante, interés que ellos interiorizarán como suyo.
Pero, ¿interesarnos por el rendimiento escolar de nuestro hijo significa sentarnos con él en su escritorio dos horas cada tarde y volver a sacar el título de primaria? ¡Por supuesto que no! Debemos enseñar a nuestros hijos estrategias de organización y de estudio, enseñarles a estructurar su tiempo y permitirles trabajar de forma autónoma, algo fundamental para que la motivación haga acto de presencia. Si “hemos estudiado” un examen en el que el niño ha sacado buena nota, ¿de quién es el logro? ¿del niño o del padre? Llega un momento en que no está demasiado claro…
Algunas recomendaciones para implicarnos de una forma sana en el área académica de nuestro hijo, de forma que se sienta apoyado pueden ser:
- Conocer bien a los profesores, los objetivos de las diferentes asignaturas, lo que se espera de nuestro hijo en cada una de ellas a nivel de tareas para casa y de exámenes. Para ello es importante acudir a reuniones escolares y tutorías.
- Proporcionar a nuestro hijo un espacio adecuado para realizar las tareas escolares y estudiar. Debe ser un espacio bien ventilado e iluminado, en el que tenga disponible el material escolar y en el que no tenga distracciones.
- Fijar un horario para hacer los deberes y estudiar. La regularidad ayuda a establecer hábitos, y el hábito de estudio es fundamental para el éxito escolar.
- Establecer un plan de trabajo. Enseñar a nuestro hijo a organizar el trabajo de ese día es fundamental, dividir las tareas grandes o pesaas en pasos, organizar el trabajo según su nivel de dificultad, organizar descansos… puede marcar la diferencia en las tardes de nuestro hijo.
- Eliminar las distracciones. El ruido en casa, las interrupciones y, por supuesto, la televisión y otros aparatos electrónicos dificultan la concentración y el desempeño en la realización de tareas escolares de nuestro hijo.
- Ayudar, no aprender por él. Si nuestro hijo no realiza su propio trabajo, no aprenderá. Los padres pueden aclarar dudas, hacer sugerencias y orientar, pero el proceso de aprendizaje es tarea del niño.
- Motivar. Preguntar a nuestro hijo por sus deberes, por sus exámenes, le hace ser consciente de nuestro interés. Reforzar es de máxima importancia para crear un correcto nivel de motivación: siempre reforzar el esfuerzo del niño, y no tanto el resultado. Mostrar a nuestro hijo que estamos orgullosos de su trabajo es el mejor premio que un niño puede obtener.
Si un niño tiene problemas de forma continuada con los deberes, no dudes en pedir ayuda; habla con su profesor, él te guiará y te indicará si es necesario pedir la ayuda de un profesional.
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